Dentro de algunas distancias estamos sumidos hasta que un cataclismo nos hace acercanos. A veces estas cosas parecen leyes reales de vida pero es la anarquía la que se hace presente. Es decir, nada ni nadie.
¿Qué podría haber sucedido? Como una isla en altamar nos hemos segregado. Nadie se ayuda, en especial yo (me carga hablar de mí directamente en este blog) soy una ausencia inmensa, el satélite de mi sentido comunitario parece haberse precipitado en el espacio: Nadie me tiene y yo no tengo a nadie. Y sé que he hecho falta y claro, viceversa. Cómo me gustaría invertir toda esta situación, pero estoy absolutamente agotada de mí, estoy absolutamente inmersa en todo mi egoísmo, y claro, ningún cataclismo ha sido lo suficientemente fuerte. Supongo que también influyen todas las inquietudes, el miedo al futuro, a la vocación (a su ausencia o poca influencia). Y que en este tipo de situaciones de confusión e introversión cuesta mucho romper el círculo vicioso. Me gustaría descansar, darme un "recreo" y dejar de pensar en todo. Dejar de pensar que he perdido tantas cosas que apreciaba, quería o amaba. Que me conformé por el momento con una vida incompleta. Dejar de pensar. Hasta en la psu (já).
En fin. Le puse un contador a esta cosa, aunque no visite nadie.
0 patadas voladoras:
Publicar un comentario