Leyéndote entre líneas: Cruzadas y Paralelos

Dedicado a B.?.L.R. Discúlpame si te parece ridículo, es mi mejor forma de expresarte todo. Ojalá me entiendas y no parezca esto tan pesimista, la vida da muchas vueltas, espero que en alguna me puedas volver a mirar con el amor de antes, ese que a mí aún no se me marchita...

Despertó una mañana en medio de un viento frío, y se tapó, con miedo, como si un fantasma la atacara. Se entristeció al saber que se tenía que levantar, vestirse, lavarse los dientes, y partir corriendo al colegio, como era su costumbre cada mañana. Por su frágil mente pasaban millones de propuestas que la tiraban de sus manos hacia impulsos que implicaban un daño o alguna actitud depravada.
Caminó y entre sus hojas y lápices la buscó desesperadamente. Como una niña, lloró en medio de los pasajeros del tren. No puedo evitar hacerlo, había miles de personas mirándola entre sus saltos de miedo y lo que la esperaba dentro de unas estaciones más, unas estaciones más. Y sintiéndose tan desprotegida, pensó algo que le dio tranquilidad: Un sueño, un simple sueño, donde el sol era tan dorado que los portones brillaban, y no irritaban los ojos, sino que le daba al ambiente una apariencia celestial y sublime. Y nunca se había visto en aquel lugar, y no estaba sola, escuchaba una dulce voz, dispuesta a hacerle compañía.
-Qué nostalgia- Pensó, y miró el reloj, y al parecer no era tan tarde, porque su mundo dio un giro brutal, casi drástico, donde el pasado se enredó en su mente fresca, apretó los puños, tensó el cuerpo y vio un cielo gris azulado, se vio subiendo a un bus y sintió la misma voz gritándole te quiero, adiós! una y otra vez, hasta poner sus culpas en los hombros, encogió su cuello y se vio reducida a grandes trancos negativos que la llevaron a ver todo como un capítulo lejano, y todo giraba en su cabeza, cuando la vio a ella como un ser ególatra e inferiorizador que la abrumaba. Y su boca decía unos garabatos inentendibles, palabras de resentimiento y recelo, por un bobo enamoramiento y una rivalidad absolutamente inventada. Y se perdió otra vez en las veces que volvieron a mirarse a los ojos, toda la culpa la detenía a tomarla de la mano y hablarle de su vida como lo había hecho siempre, por pensar en que ella lo encontraría un paso mediocre y una persona que también lo era, pues en su sabiduría, de saber lo que venía encima en muchos años más y el peso de ella, ya le había perdido importancia a gente que no tenía conocimiento de aquello. Y se tapó la boca, y juntó las manos, se alejó, y terminó desechando todo.
Despertó. Ya había llegado a la estación final, se bajó y subió las escaleras; hoy se venía un día de examenes y de asignaturas pesadas. Pero siguió reflexionando lo que la vida nos hace cambiar, y sin duda es por algo, pero no lo deseaba así, pues se sentía en un agujero donde nadie estaba, donde no habían desafíos ni grandes metas por las que luchar, sentía que su egoísmo de a poco la hundía en un mundo que la necesitaba. Y ella no estaba ahí, no estaba en los papeles, ni en los espejos, ni en la puerta esperándola, ni en la calle caminando a su lado, y era su culpa; porque las relaciones son colectivas, y aún no podía pensar en qué había hecho ella, pero sentía vergüenza al querer darle el peso de algún hecho, no sabía qué pensar. Porque hace unos días supo que ya no era una parte importante de su vida, que ya no era parte de su mundo privado e íntimo, que ya no podría nunca más saber de su boca cómo está, o qué pasa por su mente, o cómo vive su alma, o de qué se alimentan sus convicciones. Sólo podría deducir de lo que todos ven, de lo que todos oyen y notan. Y debe notar algo distinto. Algo que la guíe a su vida otra vez, con timidez y sigilo, sin que ella se dé cuenta, porque su confianza ya no le pertenece.
Por eso ese día despertó y añoró soñar con ella. Es, para sí, el único modo de sentir que sabe algo único o que puede estarle sucediendo en ese momento, pese a la frustración de no poder tenderle una mano otra vez, podía ver su rostro y sentir que su dulce voz aún le narraba sus más tiernos secretos. Siempre le rondó el pensamiento de ser alguien que sólo está en los malos trancos de los demás. Y se mira hoy, sin nadie a quien detener en la caída, que siente que una parte de su vida se quebranta, que está en una senda absolutamente vana y superficial, buscando alguna misión en la vida que no ha podido hallar o verla explícitamente. Y no quedaba nada más, que morderse la lengua y dedicarle este hasta siempre.

2 patadas voladoras:

Siempre Barle 12 de diciembre de 2007 a las 15:05  

.___.
me sorprendiste, demasiado
no lo encuentro para nada ridículo, ni mucho menos pesimista
Me hiciste pensar mucho, después de la tercera vez que lo leí completo y con pausas, me decidí a comentar
pero realmente no sé que decir :S

sabes hace unos días cuando iba en la micro me estuve acordando de ti, y de todo lo que significamos la una para la otra, y en fin de todo lo que sabíamos, lo que vivimos y esas veces que te iba a buscar y de como se fue haciendo real la cosa cuando casi me fui a tu Liceo y cuando entraste a Yoga
y se me hacía increíble pensar que de haber sido tan cercanas y significarnos tanto, fueramos dos extrañas.
No sé por qué habrá pasado, pero yo he cambiado bastante y me imagino que tú también (qué rápido pasa el tiempo)
sí fui bastante insoportable en nuestros últimos tiempos, pero no sé... algo así que se forja tan fuertemente no pasa al pasado y se queda ahí por siempre
quizá sea tiempo de reencontrarnos
quizá no aún, creo que deberíamos conversar ._.

me dejaste pensando

me pilló justo esto en el momento de retrospección

avísame cuando veas esto

Unknown 20 de diciembre de 2007 a las 17:41  

old times?

ajjaja :)
k lnido dps lo leere pk tu sabi pahita :)

pero siempre haz escrito lindo :p aunk nose k hayas escrito, kapaz k estes pelando =O, k miedo XD
jaja

cuidate oh, se le kiere :)
aioo :)